Se puede definir un Project Finance como una herramienta financiera específicamente diseñada para la financiación de proyectos de gran envergadura. El concepto nace a finales del siglo XVIII con la construcción de carreteras en Inglaterra con contratos privados basados en peajes futuros a percibir, habiéndose generalizado su uso con la crisis del petróleo de los años 70 con las explotaciones petrolíferas y en los 80 para financiar otros sectores como la minería o las infraestructuras.
Un Project Finance tiene varias características fundamentales:
- La financiación está unida al propio proyecto, de manera que los flujos financieros que éste genera cubren su propia financiación.
- La sociedad encargada del desarrollo del proyecto (denominada “SPV”) debe ser independiente del promotor propietario de los activos y opera con un ratio de endeudamiento elevado.
- La existencia de múltiples contratos entre los participantes para el desarrollo del proyecto (construcción, mantenimiento, financiación, seguros, etc.).
Un Project Finance suele estar presente en la financiación de grandes proyectos relacionados con la energía y grandes obras civiles. La propia estructura del Project Finance siempre dependerá de elementos como dimensiones del proyecto, plazos de ejecución de las obras o condiciones contractuales del conjunto de entidades financieras que participen en la operación. Por lo general, el banco encargado de coordinar el desarrollo del proyecto, con el resto del pool financiero y la empresa constructora, suele ser quien asume el mayor riesgo en la operación.
La suma de diversas entidades financieras en un Project Finance es lo que hace posible la consecución de una gran parte de las grandes obras que se realizan en la actualidad, repartiéndose entre el pool los riesgos de estos proyectos tan intensos en financiación.
Quiénes participan en un Project Finance
- Socios promotores del proyecto
Personas físicas o jurídicas involucradas en el proyecto:
- Socios industriales. Aportan capital y experiencia
- Socios financieros. Buscan rentabilidad a largo plazo y suelen haber financiado previamente proyectos similares.
- Otros como proveedores de equipos y de materias primas; empresas constructoras; cliente final, etc. Su presencia no es imprescindible y, por lo tanto, no siempre están presentes.
- Aseguradores
Limitan, al máximo posible, los riesgos que asumen promotores y entidades financieras en la financiación del proyecto. Los aseguradores determinan los mecanismos de cobertura para los riesgos que puedan aparecer, tanto durante el periodo de construcción como de explotación de la obra (riesgo de construcción, responsabilidad civil, lucro cesante, reparaciones/sustituciones, fuerza mayor, etc.).
- Asesores externos e información financiera
Su función es acotar y definir los riesgos del proyecto, estructurando la operación a financiar y tratando de facilitar el trabajo de los inversores y financiadores. Estos asesores pueden ser jurídicos, especializados en ingeniería, medioambientales o financieros.
Para el seguimiento del proyecto es importante asegurar los ratios básicos cada año, para lo que se utilizarán las cifras resultantes de las cuentas auditadas de la SPV, emitiendo el auditor un certificado en el que se calcula y certifica el cumplimiento de los parámetros acordados.